Con una mezcla de tristeza e indignación, la fundación Seres Libres anunció la partida de Oli, la burrita que se convirtió en símbolo de resiliencia y lucha contra la crueldad animal en Querétaro. Su historia estremeció a la sociedad: fue brutalmente quemada y abusada por Casimiro “N”, un hombre cuya monstruosidad quedó impune.

Oli llegó a la fundación después de que vecinos intentaran salvarla. En un acto desesperado, le amputaron una pata con la ayuda de un veterinario, pero sin los cuidados ni los medicamentos adecuados para evitar el dolor. A pesar del daño irreversible, Oli luchó con una gran fuerza. Su caso conmovió a médicos veterinarios especialistas en equinos, quienes no daban crédito a su capacidad de resistir y se comprometieron a darle la mejor atención posible.

Hoy, Oli ya no sufre, pero su partida no puede quedar en el olvido. Su historia debe ser un llamado a la acción para exigir justicia real. La organización Seres Libres ha alzado la voz, exigiendo que las autoridades tomen medidas contundentes para que Casimiro “N” pague por su crimen. Porque la impunidad es un segundo golpe mortal para quienes sufren maltrato.

La muerte de Oli no puede ser en vano. Su legado debe convertirse en una causa colectiva para defender la vida y la dignidad de todos los seres sintientes. 💔🐾