La carretera 57, la columna vertebral del tránsito en Querétaro, se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para conductores, comerciantes y familias enteras. La congestión, los accidentes y la lentitud extrema ya no son novedad, pero el Frente por Querétaro ha dicho basta. Su propuesta es clara: desviar todo el tráfico pesado al Macrolibramiento Palmillas-Apaseo. ¿La razón? Reducir accidentes, agilizar la circulación y, sobre todo, proteger la vida de quienes transitan por esta vía.

Francisco Perrusquía Nieves, presidente del Frente, advirtió que, si en tres semanas las autoridades federales no definen una estrategia clara, ellos mismos impulsarán acciones para “obligar” a los transportistas a tomar la nueva ruta. El problema, aseguran, no es menor: tráileres y torton circulan a velocidades desmedidas, poniendo en riesgo a conductores particulares y familias. “Se han convertido en una especie de asesinos”, sentenció Perrusquía, al recordar los accidentes mortales que han marcado esta vía.

Y mientras las autoridades siguen discutiendo, las soluciones no llegan. El Macrolibramiento está ahí, vacío la mayor parte del tiempo, mientras la carretera 57 sufre parálisis diaria. 🤯 Los ciudadanos tienen derecho a exigir respuestas, no solo promesas. Querétaro necesita una red vial segura y funcional, no una autopista que pone en jaque la vida de todos los que la transitan.