Quienes se encontraban cerca de “Los Cantaritos” el pasado sábado, escucharon una ambulancia y seguro pensaron “ojalá no sea para alguien de los míos”; y quienes vieron y escucharon tantas patrullas desearon que fueran ocupadas por “los polis buenos”.

Un fin de semana sorpresivo, lleno de incertidumbre y desasosiego vivimos los queretanos. El saldo de un comando armado en el bar “Los Cantaritos” fue de 10 personas muertas y 13 heridas.

La información no ha parado en redes sociales: cierta y falsa; incluso se han publicado fotografías de las personas fallecidas con moños negros extendiendo una condolencia. Los mensajes del gobierno estatal de Mauricio Kuri, el alcalde de Querétaro Felifer Macías, y  corporaciones policiacas no han cesado en dar la cara y sentenciar que se redoblarán esfuerzos en temas de seguridad, y se mantendrá el orden en el estado. Y en realidad eso es lo que queremos y exigimos los ciudadanos.

Intervino la presidenta, Claudia Sheinbaun y aseguró que de acuerdo a la investigación, este grupo iba por una sola persona, de las que fueron ultimadas. Seguramente habrá más información en relación a lo ocurrido. La Fiscalía General de Querétaro deberá hacer su trabajo y nosotros quienes vivimos en esta ciudad, esperamos que los gobiernos sin importar partido logren establecer las políticas públicas que mantengan al estado en un ambiente de paz y seguridad.

Indefensos todos porque quienes por azares del destino se encontraban en ese sitio, enfrentaron el sistema disfuncional de décadas de inseguridad en el país que permite que sucedan estos acontecimientos, tal vez los menos en Querétaro; pero no es consuelo para nadie, cuando hay 10 familias que hoy están sufriendo por la perdida de uno de los suyos.

Y entonces que toca, criticar al gobierno por ineficiente cuando en la práctica salió casi de inmediato para dar información precisa de los hechos; señalar los defectos de una sociedad donde ocurren tragedias que quedan impunes; preocuparnos, sumar al clima de crítica y acusaciones que sólo son un disparo más que sumar al desamparo de esas familias hoy afectadas por le crimen, pero en realidad a la de todas las familias.

Hoy toca ser vigilantes a todos; y también vigilantes para que se logre de una vez, fortalecer a las corporaciones policiacas en infraestructura y capital humano; porque hoy todos somos vulnerables y estamos desprotegidos pero a lo que si estamos obligados es a no volvernos cómplices de quienes sólo critican y no suman esfuerzos porque no se vale, no queremos y no aceptamos, vivir con miedo.